19 noviembre-5 enero 2025 Otoño
No partimos únicamente del inicio, de lo ancestral como en Raíces; si no que llegamos allí después de un camino de experiencia y ebullición.
El otoño crea residuos, caen las hojas; pero al igual que la ceniza no es el final, si no el nuevo renacer que conforma el abono que nutrirá las tierras en invierno, preparándolas para la nueva combustión primaveral.
Es una sala para asimilar lo pasado poniendo en vista al futuro, una espiral para seguir girando, una espiral logarítmica que encontramos frecuentemente en la naturaleza y que une una vez más la ciencia y el entorno, con el misticismo y el arte.
MUERTE DULCE
Amar lo raro / Atracción fatal
En cortejar lo inaudito encuentra una obsesión
que alimenta al Tartalo escondido en su mente.
No puede dejarlo…
Frenesí descarnado, deseo loco, irracional pasión,
mentores todos ellos de su neurosis impenitente.
No quiere olvidarlo…
Agotadoras escaramuzas de amante primeriza,
demencia fantasmal que destroza su ingenio.
Fatalidad impenetrable…
Envuelta en el caos despiadado de sus pesadillas
se abraza a su sombra, y ahí termina su duelo.
La paz absoluta la invade…
30.09.2024
IRIDISCENCIA
Brillo tintineante, efímero y reconfortante. / Frescor, libertad como la que sientes en mitad de un bosque o en la cumbre de una montaña.
El destello de los rayos solares duró un segundo fugaz, una enorme nube impidió su paso. Aunque en seguida volvieron a brillar con fuerza. Era como un juego entre los elementos. Parecía que cada uno quería ser protagonista del momento. Cuando el sol retornó, el viento sopló brioso. Los cientos de botones blancos que tapizaban el valle temblaron.
El primer diente de león que liberó sus semillas con el envite del aire, las despidió con una oscilación, como en una alegre danza, orgulloso al verlas elevarse. Las casi doscientas semillas que se desprendieron, volaron libres por primera vez para dar razón de ser a su existencia: germinar y continuar el ciclo natural para el que habían sido creadas.
Su frágil ascenso creó una visión fascinante para el resto de los moradores de la vaguada. Y luego, la seducción del momento terminó cuando todas las semillas llegaron al suelo.
Bueno, todas no.
Una de aquellas minúsculas plumosas continuó, contra todo pronóstico y por propia voluntad, surcando el espacio. Se dejó llevar por las corrientes, imitando al águila.
Y, tras pintar en el paisaje ese instante mágico, desapareció.
Nadie sabe ni sabrá nunca que la semilla fue acogida por una nube y que cayó dentro de una gota de lluvia días después. Así, cumplió su función acabando enterrada.
Su historia y su valor se hicieron leyenda entre las nubes y quedaron grabadas en la memoria del agua.
Un efímero instante convertido en eternidad…
10.10.2024
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